En 1995, Gabi Fariza y Maite Miralles abrían por primera vez las puertas de la que sería la primera sala dedicada exclusivamente al teatro de marionetas.
En aquel momento, seguramente sin saberlo, creaban un lugar de referencia para el público infantil que con el paso del tiempo todavía recuerda con cariño y nostalgia los personajes que ahora conviven entre las estanterías y pasillos del teatro convirtiéndolo a la vez en un Museo de Artesanía.
Cautivados por el pueblo marinero del Cabanyal, con su historia y sus costumbres, vieron en esta casa la oportunidad perfecta para hacer de su teatro un sitio especial. Gabi y Maite no solo fueron pioneros en crear este tipo de teatro, también fundaron su propia compañía, elaboraron ellos las marionetas y su programación es todavía fundamentalmente suya con la responsabilidad y libertad que eso supone.
La magia de este espacio atrae al público no sólo a través de sus personajes, su fachada llama la atención de quien pasa por delante. Un espejo del barrio con sus característicos azulejos donde se refleja el mar que vive justo enfrente. La plaza donde se encuentra ha visto pasar las diferentes etapas del barrio que durante un largo periodo estuvo a punto de desaparecer y que ahora vive una resurrección progresiva y muy deseada intentando mantener sus orígenes.