Estos grandes almacenes son un eslabón más de los edificios que estos mismos arquitectos han realizado en otras capitales españolas, originalmente diseñados para Galerías Preciados. En ellos, recurren a un gran contenedor definido por su sigilo, por un riguroso orden estructural, la ubicación estratégica de las escaleras mecánicas, ascensores y servicios, y los almacenes de planta junto a las medianeras, para favorecer el óptimo aprovechamiento del espacio de venta. en sus plantas diáfanas. Las fachadas se resuelven principalmente mediante bandas horizontales de perfiles de aluminio y ligeros paneles de vidrio de seguridad verde grabado al ácido, que recorren todo su perímetro y le confieren una presencia abstracta.

Dos bandas de perfiles de aluminio se configuran como marquesina de entrada y remate del techo, donde se integran los rótulos comerciales. La elegancia técnica y la confianza en el control artificial del entorno constituyen dos referencias de la apuesta por la tecnología y la modernidad de sus autores, bien transmitida en nuestra ciudad con su imagen potente e innovadora.