Los joyeros Arturo Sánchez Pinazo y Gustavo Sánchez Marfil llevan trabajando desde 1964 con perlas, corales y piedras preciosas. Con su espacio en el barrio de Russafa han creado un binomio entre comercio y diseño ideado por Cosín Estudio.
El interiorismo del espacio está concebido como una caja-joyero. Las reducidas dimensiones del local y los materiales elegidos para los diferentes elementos de decoración contribuyen a crear esta imagen de contenedor de joyas.
La joyería se divide en dos zonas: el taller y la tienda. El área de trabajo está formada por una sucesión de mesas que conforman una sola superficie centrada en el local. En la tienda, el espacio se conforma de expositores y pequeñas zonas de atención individualizada.